29 de noviembre de 2014

TIEMPO DE ADVIENTO

EL ADVIENTO, TIEMPO DE CONVERSIÓN

Ante el fatalismo al que nos están llevando los intereses humanos, el desacierto de los que defienden un mundo sin Dios, el fracaso del secularismo y la oscuridad del deshumanizado relativismo, y el consumismo… el Adviento nos ofrece la posibilidad de vivir la salvación en el momento presente de nuestra historia, en contacto con el eterno misterio de Cristo.

La Iglesia, en este tiempo, nos invita a contemplar nuestra situación actual, para ofrecernos el más precioso tesoro que encierra en su corazón, la esperanza más viva: Jesucristo, que viene a salvarnos.

El adviento abarca cuatro semanas. En las dos primeras semanas se nos prepara para salir al encuentro del Señor y recibirlo en la existencia concreta; en las dos siguientes, se pone el acento en la venida histórica del Señor y se nos dirá repetidamente que debemos estar en vigilia activa.

Empezando por el profeta Isaías, siguiendo por Juan el Bautista y terminando por María, todos nos animan llevar a cabo la conversión del corazón, que irá acompañada del gozo y la alegría, de la esperanza y de la oración.

De la mano de la liturgia, celebraremos el misterio de la venida del Señor con actitud gozosa, llena de vigilancia, espera y acogida y nos prepararemos así para vivir el misterio entrañable de Dios que se hace uno de nosotros en la Navidad.