14 de marzo de 2014

LA PASIÓN Y LA MUERTE ES EL ÚNICO CAMINO PARA LA RESURRECCIÓN Y LA GLORIFICACIÓN


DOMINGO SEGUNDO DE CUARESMA

 Toda vocación lleva consigo una exigencia y una promesa:
  • La exigencia de Abrahán consiste en fiarse incondicionalmente de Dios: abandonar sus propias seguridades, su tierra, sus comodidades, su familia (sacrificando incluso a su propio hijo).... para hacer en cada momento su voluntad. 
  • La promesa de Dios consiste en estar siempre contigo y de tu parte: "Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan..." "Por ti serán benditas todas las familias del mundo" "de tu descendencia nacerá el Mesías".
La transfiguración de Jesús nos muestra la unión total de Jesús con el Padre y la donación amorosa, humilde y servicial a la humanidad, dentro de un adelanto momentáneo de su resurrección y glorificación. Como tal, implica:
  • La exigencia de su vocación mesiánica: Jesús, Moisés y Elías hablan de la pasión y huerte que ha de padecer en Jerusalén; porque según la ley (moisés) y los profetas (Elías), la pasión y muerte es el único camino para llegar a la resurrección y la glorificación.
  • Y la promesa de la resurrección y la glorificación, cuyo anticipo están viviendo en ese momento, en el que Jesucristo muestra su divinidad.
Nuestra vida cristiana también conlleva:
  • Una exigencia: fiarme incondicionalmente de Dios, como Abrahán: Aligerar mi equipaje dejando aquellas cosas que dificultan mi encuentro y relación con Dios: Orgullo, consumismo, apego a lo material... No se trata de hacer tres chozas; sino de implicarnos, de cambiar nuestras actitudes y modificar nuestra conducta.
  • Y una promesa: si morimos con Cristo, Resucitaremos con él; y seremos con él glorificados.
ÉSTE ES EL OBJETIVO DE LA CUARESMA: "MORIR AL HOMBRE VIEJO, PARA RESUCITAR CON CRISTO AL HOMBRE NUEVO, QUE SERÁ CON CRISTO GLORIFICADO."