25 de abril de 2011

LA PASCUA: LA FIESTA CRISTIANA MÁS IMPORTANTE Y LARGA (50 DÍAS HASTA PENTECOSTÉS)

LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: (1, 3-8)

<<Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo; y durante cuarenta días se les apareció y les habló del Reino de Dios. 

Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejasen de Jerusalén, sino "aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días".

Los que estaban reunidos le preguntaron: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?"

Él les respondió: "No os toca a vosotros  conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad. En cambio reciobiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra"... >>

¿QUÉ PRETENDE JESÚS CON SUS APARICIONES?

Dos cosas de capital importancia, para sus discípulos y también para nosotros:
  • Que vean, sientan y acepten a Jesús vivo, vencedor del pecado y de la muerte, que está presente en su Iglesia para siempre. "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,20).
  • Que ellos, fortalecidos por la fuerza del Espíritu Santo, se sientan y sean continuadores de la obra salvadora de Jesucristo. "Como el Padre me ha enviado a mí así os envío yo. (Hechos, 20, 21)  Y dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonéis los pecados les quedan perdonados, a quienes se los retengáis les quedan retenidos" (Hechos, 20, 22-23).
EL ENCUENTRO CON EL RESUCITADO LOS TRANSFORMA:
  • Jesús Resucitado les transmite la paz. La presencia de Cristo entre nosotros nunca es causa de agobios, sino que nos transmite la paz de Dios."La paz esté con vosotros" .
  • Les devuelve la alegría y la esperanza que habían perdido con la muerte del Señor. "Nosotros esperábamos que él sería el liberador de Israel, pero ya ves, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron (Discípulos de Emaús) (Lucas, 24, 21)
  • Los envía por todo el mundo con la misión de predicar y ser los continuadores de su obra salvadora. "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda la creación..." (Marcos, 16, 15).
  • Les da la fuerza del Espíritu. La misma fuerza que impulsó a Jesucristo a predicar, a orar, a amar hasta entregar su cuerpo y derramar su sangre para la remisión de los pecados. "Jesús sopló sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo..." (Hechos, 20, 22).
LA PRESENCIA DEL RESUCITADO LES ENSEÑA A VALORAR LA COMUNIDAD

La misión salvadora de Jesucristo no es una acción individual, el cristiano no actúa en nombre propio; sino de la comunidad, que es el Cuerpo Místico de Cristo, del que el mismo Jesucristo es la cabeza.

Por eso la comunidad cristiana ha de tener ciertas características:
  • Que esté unida en comunión (unión común con Cristo y entre sí).
  • Que se reúna para su formación y alimentación de su fe.
  • Que se mantenga unida en la oración común, en la fracción del pan.
  • Que viva el amor de Dios, compartiendo sus bienes con sencillez y alegría. "...Perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones... Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y bienes y los repartían entre todos según la necesidad de cada uno. Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón..." (Hechos, 2, 42-46)