21 de mayo de 2010

MAYO, MES DE MARÍA


VENID Y VAMOS TODOS CON FLORES A MARÍA.

El mes de mayo, está dedicado a honrar a María. A lo largo del mes, en pueblos y ciudades de nuestra geografía se reza el Rosario, se elevan cantos a María, la Madre, se celebran cientos de fiestas y actos marianos.

Su origen se remonta, en España, a San Alfonso X el Sabio (siglo XIII). Durante este tiempo los niños suelen ofrecer flores a María, los adultos acostumbran hacer algún sacrificio diario, rezan el Rosario en familia, etc., y todos los fieles procuran acercarse a ella, honrándola y amándola como nuestra madre.

"Venid y vamos todos con flores a María" se cantaba en este mes de mayo, y se sigue cantando en nuestras iglesias, pequeñas o grandes. Con flores que el campo trae ya en la primavera, que son belleza y homenaje a la madre. Y, sobre todo, con las flores de nuestras vidas, con nuestros esfuerzos cotidianos ofrecidos a la Madre, con nuestra alegría compartida con los demás, con nuestras ilusiones depositadas a sus pies, con nuestras oraciones, con nuestros pequeños o grandes actos de amor.

Todo es poco para honrar a la Madre de Dios y Madre nuestra. Cada pueblo, cada parroquia, cuida que a la imagen de la Virgen no le falten flores o velas, que su altar esté adornado y limpio. Expresión tangible de religiosidad popular, una religiosidad que expresa un sentimiento profundo de amor.

Pocas devociones son tan gratas a María como el Santo Rosario, recomendada por los Romanos Pontífices con tanta insistencia. Innumerables son las gracias que han recibido los fieles a través de esta oración, ya sea recitada en común o personalmente. Además, es conveniente recordar que, al igual que otras prácticas de piedad, el Santo Rosario está favorecido con indulgencias: parcial, si se reza privadamente o plenaria si se hace en familia. “Vuestro Rosario -decía el Papa Pablo VI-, es una escalera, y vosotros la subís en común, escalón por escalón, acercándoos al encuentro con la Señora, que quiere decir al encuentro con Cristo. Porque ésta es una de las características del Rosario, la más importante y la más hermosa de todas; una devoción que, a través de la Virgen, nos lleva a Cristo. Cristo es el término de esta larga y repetida invocación a María.” (Alocución, 10?V?64).

Quienes la honran obtienen una mayor benevolencia de parte de María. Ella por su gran poder de intercesión, consigue mayores gracias de Dios para que vivan mejor su vida cristiana, conduciéndolos hasta las cimas de la santidad. Ella es la Reina de los santos

Una manera que puede ser muy práctica es la siguiente: dirigirse a pié hacia algún Santuario, ermita, etc., dedicado a la Virgen, en grupos de dos o tres personas; caminar hacia el lugar, al menos, la duración del rezo de los cinco primeros misterios del Rosario. En el lugar mismo rezar otros cinco misterios incluyendo las letanías y volver caminando, al me nos la distancia de otros cinco misterios. De esta forma se rezan y meditan los quince misterios que forman la corona o rezo completo del Santo Rosario. Se aconseja que en estas ocasiones no se tome ningún refrigerio como un pequeño detalle de sacrificio en honor de Santa María
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