12 de noviembre de 2014

MIGUEL CONESA ANDÚGAR

AMIGO MIGUEL:

Desde aquí quiero rendirte un homenaje; porque, durante los años que has sido vecino, en la parroquia de Ntra. Sra. de la Esperanza, has sido un ejemplo de sencillez, humildad, cariño, amistad, servicialidad....  
Verdaderamente has sido el "hombre de Dios". El Espíritu Santo ha volcado sobre ti sus dones y tú los has puesto al servicios de cuantos te han tratado.  
Mi oración, mi recuerdo y mi admiración será constante; porque has dejado un fuerte impacto en quienes te hemos acompañado en tu corta vida sacerdotal.
Enhorabuena, Miguel, porque, como en María, a quien tanto querías, el Señor ha hecho obras grandes en ti.
Los santos mueren pronto, porque Dios se los lleva para sí. Pronto nos encontraremos.